TECNOMECATIC

El desrrollo Tecnológico a lo largo de la historia.

En la historia de la humanidad se han dado tres periodos de desarrollo técnico/tecnológico, que coinciden con las tres edades de la historia de la civilización:

1. Las Culturas primitivas (paleolítico, mesolítico y neolítico). Se extiende, aproximadamente, desde el 35.000 al 6.000 a.C

2. Las Culturas antiguas se extiende desde la invención de la escritura hasta la aparición de los gremios, comienza por las culturas fluviales, prosigue por la sociedad clásica y concluye en la Edad Media. Comienza en China, Mesopotamia y Egipto (Fluviales, del año 6.000 a.C. hasta el siglo IX a.C.), continua con Grecia y Roma (Clásica del siglo VIII a,C. al V d.C.) y finaliza con la Edad Media (del siglo VI al XIV, abarcando desde la sociedad medieval (Feudalismo), a la Ciencia Árabe y los Gremios (modelo urbano)).

Las culturas antiguas poseen fronteras temporales muy difusas, dependiendo, en gran manera, de la geografía terrestre en que nos encontremos. Por eso, los límites establecidos en las fechas debemos tomarlos como un acuerdo o una aproximación.

3. Las Culturas modernas (arrancan con el Renacimiento, mediados del siglo XV hasta el XVI), y supone una revolución científica y tecnológica, basada en la observación y metodología experimental así como en las matemáticas, dando lugar a la aparición de la Tecnología y, como consecuencia, a una sociedad tecnologizada. Por lo tanto su desarrollo en basa en las diferentes revoluciones tecnológicas (industriales), acaecidas desde entonces. Comentemoslas.

La Primera Revolución Industrial (1750 hasta 1840), surgió a mediados del siglo XVIII y su origen se marca en Inglaterra. Sin embargo, ni inglesa, ni francesa ni alemana, la primera patente de una máquina de vapor moderna, invento que desencadenaría la revolución industrial, fue española.

Fue registrada en 1606, por el militar, político, investigador, científico y tecnólogo navarro Jerónimo de Ayanz y Beaumont, con otro medio centenar de inventos, en concreto 48. Un documento de Felipe III, de septiembre de 1606, recoge 48 privilegios de invención a nombre de Ayanz en sólo ocho años, entre ello cabe citar: Una bomba para desaguar barcos, precedente del submarino, un horno para destilar agua marina a bordo de los barcos, un traje de buceo (probado en el rio Pisuerga en Valladolid), balanzas de precisión, una brújula que indicaba la declinación magnética, piedras de forma cónica para moler, molinos de rodillos metálico (su construcción y uso se generalizo en el siglo XIX, en la Mancha), bombas para el riego, estructura de arco para las presas de los embalses, un mecanismo de transformación del movimiento que permite medir el denominado "par motor" es decir, la eficiencia técnica, no volvió a abordarse, y de forma experimental, hasta los primeros motores eléctricos, por el monje benedictino escocés Andrew Gordon y el inventor estadounidense Benjamin Franklin en la década de 1740...

Lo que se le ocurrió a Jerónimo de Ayanz fue emplear la fuerza del vapor para propulsar un fluido (el agua acumulada en las minas) por una tubería, sacándola al exterior en flujo continuo. En términos científicos/tecnológicos, aplicar el primer principio de la termodinámica, que fue definido y desarrollado un siglo después, a un sistema abierto. Además, aplicó ese mismo efecto para enfriar aire por intercambio con nieve y dirigirlo al interior de las minas, refrigerando el ambiente. Jerónimo de Ayanz había inventado el aire acondicionado. Y no sólo la patentó, sino que además puso en práctica todos estos inventos en la mina de plata de Guadalcanal (Sevilla), la cual había sido desahuciada por las inundaciones que había sufrido momento en él que se hizo cargo de su explotación.